EL LOCO SUÁREZ
Luisito Noguera, el nieto de "El Viejo Ramón", corría
ansioso para ocultarse rápido del resto de los muchachos que disfrutábamos el
juego de La Libertad. De pronto paró en seco y se quedó inmóvil a mi lado por
unos instantes. Quería decirme algo pero no se atrevíó, en medio del silencio y la soledad.
Habíamos llegado al recinto privado más amplio de ese lugar, después del que
habitaba el viejo Ramón con su larga familia quien era, y seguiría siendo por
el resto de sus días, el mayor de los varones y el vitalicio jefe único de la
comunidad.
El aposento de al lado pertenecía a Víctor
Manuel Aguirre, usufructuario de una de las áreas más cómodas no sólo por
tratarse de un destacado intelectual del barrio sino también el más admirado
por sus dotes artísticas y literarias. Todos los domingos a las 10 de la mañana
se adueñaba de una gran audiencia causando admiración y entusiasmo en niños,
jóvenes y adultos quienes, a través de las ondas de la La Voz de Barranquilla,
disfrutaban de sus décimas improvisadas y cantadas en competencias musicales en
el programa denominado "El Punto Criollo", réplica de uno similar que
se emitía en las madrugadas por la emisora "Radio Habana Cuba" el
cual el señor Aguirre tenía el privilegio de escuchar por ser él el único
habitante de la vecindad que disponía de un radio receptor de Onda Corta en el
que su mujer, también privilegiada, escuchaba episodios adelantados de la
radionovela El Derecho de Nacer con sólo sintonizar La Voz de La Heroica de
Cartagena.
Tan pronto desvió su atención y dejó de
mirarnos la muchacha que estaba acurrucada en el taburete de enfrente, Luisito
se me acercó al oído y me susurró: "esa es Yaco". No le entendí y le
interrogué en voz alta: "Yaco?". Como un resorte salió disparado el
nieto de don Ramón y yo detrás de él hacia el símbolo de la libertad pero tan pronto pudimos
tocar el poste me reprendió:
- Tenías que hablarme en voz baja al pronunciar esa palabra aunque estuviera dicha al revés!-
Sólo entonces logré comprender por qué todos los años, cada 25 de Diciembre, Raulito exhibía la cometa más grande y el triciclo más vistoso de la vecindad y sus alrededores.
- Tenías que hablarme en voz baja al pronunciar esa palabra aunque estuviera dicha al revés!-
Sólo entonces logré comprender por qué todos los años, cada 25 de Diciembre, Raulito exhibía la cometa más grande y el triciclo más vistoso de la vecindad y sus alrededores.
Otro día de la siguiente semana volví a
encontrarme con Orlando, hermano de Luisito y sobrino de Hugo, en el patio
comunal.
En el lado de la sombra de la calle
principal, junto al portón de zinc y recostado contra la entrada de la salita, el hermano de Hugo, dialogaba con una amiga sobre las delicias del ritmo
tropical que recién había salido de las disqueras nacionales. Nadie hablaba en
esos días de cosa diferente al Merecumbé y ahí estaban Ricardo y su
compañera sintiéndose abrazados entre sí emanando emociones sentimentales y
cubiertos por las notas etéreas de "Ay, Cosita Linda!", melodía que no
paraba de sonar en las emisoras. Ricardo alegaba que ese ritmo tan pegajoso
debía ser cubano y la muchacha sostenía que su inventor, Pacho Galán, había nacido
y vivía en el vecino municipio de Soledad.
Fue entonces cuando allá a lo lejos -ya
eran como las cinco de la tarde- ví venir un hombre zaporrito y ataviado de una
manera muy singular. Pantalón y chaqueta de paño oscuro, camisa blanca manga
larga, corbata azul rayada, unos mocasines con la suela descosida y sostenía un
tubo de hierro en la mano derecha. Aún lo tengo muy grabado en la mente porque
era una vestimenta tan incómoda e inadecuada para una ciudad tan calurosa como
tan extraña para el clima tórrido por el oscuro, casi negro, color del paño de
la vestimenta. Otro personaje así de pintoresco sólo volveríamos a verlo
en la escena citadina muchos años después cuando el General Gustavo Rojas
Pinilla en un hecho sin precedentes, luego de haber gobernado el país por el
golpe de estado que le dió a Laureano Gómez y después de haber sido destituído
y condenado por el Congreso a la pena de destierro, una especie de extradición
dentro del país, y a la pérdida de la nacionalidad colombiana por indignidad,
recuperó sus derechos políticos y, con las listas cerradas del partido político
que fundó, la Alianza Nacional Popular, ANAPO, arrastró y eligió a muchos
desconocidos entre ellos al primer concejal de estrato cero de la ciudad de
Barranquilla: Claudio Urruchurtu.
Gran sorpresa me llevé cuando me dí cuenta
de que el tubo metálico que traía el pintoresco tipo de la chaqueta de paño no
era para atacar a nadie sino para marcar la clave acompasada golpeando
con ritmo y armonía las láminas de zinc del portón gigante que El
Viejo Ramón alquilaba como parqueadero a los carremuleros del sector.
Hugo, hijo menor del viejo Ramón y quien padecía una enfermedad incurable para esa época, se divertía sanamente con la única tonada que salía de la garganta del Loco Suárez mezclada con las notas metálicas de la superficie corrugada de unas láminas de zinc, todos los días a las cinco en punto de la tarde.
Hugo, hijo menor del viejo Ramón y quien padecía una enfermedad incurable para esa época, se divertía sanamente con la única tonada que salía de la garganta del Loco Suárez mezclada con las notas metálicas de la superficie corrugada de unas láminas de zinc, todos los días a las cinco en punto de la tarde.
La canción tenía un ritmo alegre y
pegajoso pero era muy vulgar. Era como un chiste verde sobre un
pentagrama. Jamás ha sido difundida por las emisoras porque siempre estuvo
prohibida y sólo vine a obtener la versión original veinte años después, ya
graduado de Ingeniero, en un almacén musical de la calle San Blas llamado
Discolandia. Era un disco de acetato en formato análogo de 45 RPM, que tenía el
Sello Ciego porque estaba prohibido divulgar ese tipo de música a la luz del
día.
El Loco Suárez, como le decíamos los
pelaos, se inmortalizó, pues, con su único concierto diario ejecutando, con un
tubo de hierro sobre una lámina de Zinc, esa canción de la autoría intelectual
del fallecido y laureado folclorista Don José María Peñaranda,
"La Opera del Mondongo", que está publicada en este Link de youtube:
"La Opera del Mondongo", que está publicada en este Link de youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=sCcyICxOmyY